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marcosespanolsicart

Quadrophenia

Reconozco que mi primer impulso, nada más ver la película, fue cabrearme. Me es muy difícil culpar a los adolescentes de nada, entre otras cosas porque lo fui hasta antesdeayer, y todavía recuerdo lo que se siente. Vivimos en una sociedad que nos obliga a convertirnos tarde en adultos, y no todos tenemos la suerte de encontrar un camino hacia la madurez que nos satisfaga.

'Quadrophenia', filme del británico Frank Roddam de 1978, narra los altercados que protagonizaron dos tribus urbanas, los Mods y los Rockers, en el Brighton de 1964. De gran éxito fue también la banda sonora de The Who, que incluye además otros temas de moda de la época. La película, rodada muy hábilmente, pegó fuerte en su momento y sirvió para que la sociedad inglesa hiciera examen de conciencia. También contribuyó a su fama la presencia en el reparto de Sting.

La historia, aunque de otra época, viene muy al caso en la sociedad española actual, donde la bonanza económica ha permitido que la mayor parte de los jóvenes tengan dinero,toda la música esté a su disposición, puedan elegir su vestimenta, y las drogas estén ahí para cualquiera que quiera probarlas.

También hay diferencias: los mediterráneos tenemos una naturaleza más expresiva, no nos controlamos tanto como los británicos en la vida normal, y eso permite que nuestros impulsos agresivos sean más moderados. Los ingleses, en cambio, suelen tener explosiones de ese tipo, y sólo hay que pensar en la peor cara del movimiento punk o en los hooligans de fútbol. Además, la sociedad del siglo XXI es más eficiente en los sistemas de vigilancia y control, y los riesgos de que explosiones de este tipo se produzcan se han reducido.

Pero insisto en no culpar a los adolescentes. No es fácil serlo, porque la necesidad de autoafirmación se la negamos la mayor parte de las veces. También creo que son una minoría los que no son capaces de utilizar con propiedad los recursos que están a su alcance, aunque todos corran riesgos (el cuerpo se lo pide). La gran mayoría dicen stop a tiempo.

Por otra parte, la película, producida por los propios The Who, no debe verse como un ataque a la música o a la cultura joven en general. La música es buena, y correctamente interpretada es un bien impagable que nos enriquecerá durante toda la vida. Lo que ocurre es que se sitúa en el campo de las emociones, y éstas siempre son peligrosas. En el proceso adolescente de autoafirmación, es lógico que la música generacional se convierta en la principal bandera a la que los jóvenes se aferren. Pero no es culpa de la música.

También creo que, para alcanzar la madurez, es necesario llegar a una tensión emocional, a un callejón que parece no tener salida, a una plenitud y un descenso a los infiernos. Todos los adolescentes tendrán, tarde o temprano, que convertirse en adultos y luchar como adultos. Y esa lucha es mucho más compleja. No es su culpa que el impulso de luchar les llegue cuando todavía no es necesario que lo hagan.

En cualquier caso, la peli es muy buena si se interpreta como una historia de aprendizaje y superación, muy parecida a la que muchísimos jóvenes han vivido o vivirán. Y su veneración seguramente se produjo por reflejar de manera muy cercana la realidad de millones de seres humanos de la sociedad occidental.

Está bien, pero cuidado.

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