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marcosespanolsicart

Flamenco

Ahonda

hasta que no recuerdes cómo has llegado

tan cerca de ti.

 

Húndete

en el denso mar de emociones

que baña tus vísceras.

 

Haz de tu herida

un haz de luz que impulsa

tu voz rabiosa y salvaje.

 

Agítala, que vibre loca,

que atraviese pulmones, garganta y dentadura

en una llamarada incontenible.

 

Que surja como un vómito

amargo y caliente que rompe la calma,

al tiempo que muestras tus ojos irritados

y frunces el ceño como vientre en un parto

cegado de espasmos y esfuerzo doloroso.

 

No hay llanto

que provoque mejor sonrisa.

 

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