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marcosespanolsicart

A una jotera

No hay color más triste que el morado, salvo el negro, que es silencio. Pero yo había visto luz en tus ojos.

Asustada, tensa, con coraje. Yo vi en tus ojos que tus ojos buscaban una salida. Yo vi en tus ojos una salida.

Y la luz se desparramaba en ese escenario con más de 10 personas. Salpicaba tu vestido en los bajos, con colores alegres entreverados de mi tierra, también la tuya. La de todos. Amarillo y rojo como una llamada o una advertencia. Qué graciosas sois las chicas cuando se os entiende.

Yo, callado, abajo, en los cimientos. Donde las ideas toman forma. Mirándote, escuchándote. Sintiendo qué eres. Por qué eres.

Ahora va el juicio crítico: no tienes la voz de las diosas pero podrías llegar a tenerla (muchas podríais). Debes vencer esa tensión que se aferra a tu garganta. Ya sé que la has vencido un poco. Tienes que vencerla aún más. Como todo, es cuestión de tiempo, talento y empuje.

Subir a un escenario no es fácil. Nos escondemos detrás de vestidos o de otros nombres.

El morado es triste como el mundo, tan árido. Pero tú brotabas del vestido como una planta. Germinabas buscando algo y yo lo sabía. No muchos más que yo en ese público que no eran 10, como te dije.

Tal vez nadie más que yo.

Cuando los Sex Pistols tocaron en Manchester por primera vez había 40 personas, de los que un puñado sabían escuchar. Éxito rotundo.

Saber escuchar, más que un don, es un tormento.

Lo bueno de las plantas es que su vida sirve para dar vida. Lo demás son luces de neón color morado en medio del desierto.

Morado atormentado por preguntas. Ojos que buscan respuestas en el desierto. Luz que sólo ilumina a quien la encuentra y sabe la respuesta de los acertijos.

2 comentarios

Marcos -

No tienes por qué dármelas. Si acaso yo a ti por darme motivos para escribir. Nos vemos pronto.

VANESA -

MIL GRACIAS, MARCOS. ME HA ENCANTADO.BESOTES