Desierto de Libia
Tú me hablas del desierto, del calor ardiente de su arena, de un paisaje arrasado y hermoso que las guerras llenaron de minas. Yo, que nunca he estado, te miro en silencio, sorprendido porque apenas nos conocemos y estás definiendo mi alma. Te miro, detrás de una sonrisa y busco en tus ojos esta sed de sol radiante que nos ciegue.
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