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marcosespanolsicart

El sonido del agua

No hay muchos lugares en los que pueda oírse con claridad el sonido del agua quieta. El río es siempre rumoroso y, de cuando en cuando, plasma su furia en el estruendo de una cascada ensordecedora. En cambio, el estanque suele permanecer mudo y escucha con nosotros los otros ruidos que le rodean. Pero hay lugares, unos pocos solamente, a los que logran llegar apenas las ondas sonoras. Algunas veces rompe el silencio una hoja que cae, o el soplo que la arrastra unos metros, pero de inmediato recupera el tiempo su sordera que todo lo abraza. Es entonces cuando puede oírse el agua en calma, sorprenderla en su raro canto suave que adormece y que, por alguna razón misteriosa, provoca la sonrisa o, al menos, una especie de reconciliación sincera con el mundo.

6 comentarios

Marcos -

Te voy a dar otra noticia (si no pasa nada raro):
¡Vuelvo al Heraldo! Lo más seguro que esta misma semana.

maría -

o quizás no haga falta marcar tu número, y la casualidad provoque nuestro encuentro este finde. Voy a zaragoza después de siete mesesss¡¡¡¡
a ver... en qué bar te puedo encontrar, marquitosss spanishhh?

maría -

A ver si te llamo, y me cuentas eso de que buscas curro.
besos

Alberto -

Pues MAL… Pensarán MAL. ¡Claro!

:)

Marcos -

Os recuerdo, pequeños delincuentes, que mi bitácora se incluye en mi curriculum, ahora que busco curro. ¡Qué van a pensar!

Luis Miguel -

Déjate de mariconadas de agua, sonrisas y reconciliaciones. A ver cuando escribes un artículo con polémica, sexo y violencia.

Así de repente se me ocurre que podrías contar la historia de un pobre reportero maltratado por la vida y arrastrado al mundo de los chatos de vino.

Salut!