Macaco
Hace días que me siento en el compromiso de hablar sobre él. Porque le he criticado mucho, y me arrepiento. Suelo ser especialmente cruel con aquellos que despiertan mi interés al principio y luego me defraudan.
El primer disco de Macaco, 'El mono en el ojo del tigre', me pareció esperanzador, y empecé a pensar que en este país todavía se podía hacer música interesante fuera del Hip Hop -no nos engañemos, es el único estilo en el que se palpa la ebullición de ideas, y los Violadores, la Mala Rodrígez y la Excepción son claros ejemplos de que la cosa, en ese barrio, marcha bien-.
Pero es que el 'Rumbo submarino' tiene tela. Efectista, forzado al extremo... parecía hecho exclusivamente para aprovechar el tirón. Con 'Raíces y antenas' la cosa mejoró un poco, sobre todo gracias al single 'Giratuto', en el que ya se adivina qué va a venir después.
Y, por fin, 'Ingravitto'. Este sí un disco soberbio, con grandes temas salidos de lo más hondo, sinceros, comprometidos -estemos o no de acuerdo- y valientes.
Macaco, que parecía haberse perdido en esa nebulosa vacua en la que caen tantos, ha remontado el vuelo con dignidad y es hoy, en mi humilde opinión, el ejemplo a seguir para grupos como Ojos de Brujo -su 'Techarí' no aporta nada, parece que se les han acabado esas buenas ideas de sus dos primeros discos-. A otro nivel, no estaría mal que también aprendiera de él Manu Chao, que tras ese monumento indispensable que es 'Clandestino', decepcionó a demasiada gente con 'Próxima estación, Esperanza'.
Macaco es hoy la respuesta. Bravo.
0 comentarios